Los efectos económicos de la epidemia van a ser devastadores,
nadie lo niega, pero:
-¿Se van a atribuir al
COVID-19 los que provengan de la
incapacidad del Gobierno?
Si nos retrotraemos a principios de 2020, cuando el drama del
“coronavirus” era poco más que un cuento chino, nos encontramos con que el
Gobierno, nacido gracias a un combinado muy difícil de concordar, se encontraba
en punto muerto.
·
No había podido aprobar su propio presupuesto en los dos años
anteriores; había renunciado ya a presentar los de 2020 y parecía difícil conseguir el consenso
necesario para la aprobación de los de 2021.
·
El déficit de 2019 se había desmandado y 2020 no se presentaba mucho mejor. Los datos
presentados ante el Eurostat[1] fueron rechazados a pesar
de presentarlos infantilmente maquillados -no se puede elevar solo el gasto sin
incrementar los ingresos- y al tándem
Sánche-Iglesias no le apetece subir los impuestos -el gasto da votos,
mientras que la subida de impuestos los resta-. A las medidas populistas en el
gasto no las acompañan de una verdadera reforma fiscal, capaz de proporcionar
los recursos necesarios.
·
La actividad económica entraba en desaceleración, el empleo
comenzaba a cambiar de signo, el desempleo detenía su descenso y se adentraba
en una tendencia alcista.
El Gobierno estaba en una maraña de difícil salida: malas
perspectivas económicas; sin poder aprobar los presupuestos; las finanzas
públicas cada vez más desfavorables; con dificultades para introducir las
medidas prometidas y extorsionado por los “socios” que le habían llevado al
poder.
Pero partir del 9 de marzo El COVID-19 se adueña del escenario
ocultando todos los yerros, pasados y futuros, cometidos por el Gobierno. Es
más, la crítica es proscrita:
-¡Hay que arrimar el
hombro!
O apoyo incondicional a Pedro Sánchez, o estás en contra de la
reconstrucción de España. La lógica se doblega ante la alarma.
-¿Será esa misma lógica la que conducirá las políticas de la
recuperación económica del Gobierno?
Me echo a temblar.
Buenos días y mucha suerte, como dicen los “flamantes”.
[1]
La Oficina
Europea de Estadística, más conocida como Eurostat, es la oficina
estadística de la Comisión Europea. Dos de sus papeles particularmente
importantes son la producción de datos macro-económicos que apoyan las
decisiones del Banco Central Europeo en su política monetaria para el euro, y sus datos
regionales y clasificación (NUTS) que orientan las
políticas estructurales de la Unión Europea.
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