¿Qué capacidad de respuesta tiene
el sistema político actual para resolver lo que comienza a
llamarse la “Mayor Depresión”, al menos, para paliarla y reconducir al país por un
camino de progreso?
El
escenario es el de una auténtica catástrofe sanitaria y una economía que se
asoma al abismo. Y no se aprecia
ninguna capacidad de respuesta eficaz en
manos de los poderes públicos, el Gobierno, desbordado por las circunstancias,
carece de cualquier proyecto creíble que contenga políticas públicas sectoriales
con objetivos claros y recursos ajustados a los mismos.
Cualquier
comparación con etapas y acontecimientos anteriores, nos llevan a la guerra civil
y sus secuelas económicas y sociales, resaltan la tremenda tragedia que estamos
padeciendo.
De la
hecatombe económica que se deduce de las previsiones del Gobierno, la caída del PIB, aumento de la
deuda pública y crecimiento del déficit, presentadas como “V asimétrica” es decir se predice
la bajada, pero se desconoce el plazo de la recuperación. No existe un plan de
recuperación nacional estructurado, evaluado y que responda a un horizonte
temporal gestionable.
Cuando
seria urgente una reforma fiscal en profundidad, capaz de recaudar un 5% más, situándonos en la media de los países de nuestro entorno y de
reducir el fraude fiscal. De esta manera se recaudarían unos 40.000 millones
más aliviando en gran medida los problemas de déficit.
Sólo se percibe improvisación y
poca reflexión. Los intereses de la deuda van a seguir siendo muy bajos en los próximos años,
lo que debería animar a apostar y potenciar el sector industrial, y si tenemos
capacidad, que la tenemos -llevamos exportando talento 12 años -ingenieros, médicos,
sanitarios...- ¿Qué lo impide?
La coalición sobre la que se
sustenta el Gobierno, parece estar agotada, exhausta, sin capacidad de
regeneración, dividida y se conforma con ir sobreviviendo hasta que la
U.E. facilite el “oxígeno” y permita un
cierto alivio, todo lo fía en la recuperación económica exterior.
Mientras, el principal partido de
la oposición PP, no ha entendido la verdadera dimensión de la situación por la
que atraviesa la sociedad y sus instituciones, y sólo sueña en un revés electoral
del PSOE y maniobra en contra de cualquier medida gubernamental haciendo a la
coalición de gobierno (PSOE-UP) único responsable de todos los males del país.
Al tiempo, los nacionalistas siguen
preparando su asalto al Estado y soñando con sus proyectos de construcción de
Estados articulados alrededor de una identidad nacional monolítica y sin
disidencias.
Sin el ímpetu del Gobierno y con el
ataque delirante de la oposición, no se ve, por ningún lado, atisbos de regeneración.
El sistema ha agotado sus posibilidades, está en el fin de su ciclo, ha pasado
a ser parte del problema, y no de la solución.
Como republicano, ante la perspectiva de una crisis global como la que
hemos expuesto y la incapacidad de las fuerzas políticas para resolverla, hay
las condiciones y el clima propicios para que un movimiento netamente
republicano, pueda desplegar unas
políticas de regeneración y de progreso.
S&R
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