El gallinero se alboroto con última encuesta del CIS. Mal que les pese a entusiastas y detractores, unos y otros tienen los mismos intereses, solo confirma lo que las elecciones europeas pusieron sobre la mesa, el hundimiento del bipartidismo, y el final del Régimen de la transición.
El nuevo escenario, por lo novedoso, nos lo quieren presentar como un terremoto político, obviando que la política es mucho mas que aritmética y arquitectura electoral, por mucho que se publicite, siendo preciso que se analicen con prudencia todas las variables, no solo las que interesa, ya que no es lo mismo un sondeo sobre lo que ya existe que la votación efectiva.
Hoy por hoy no existe ese escenario, que nos pintan, Solo existen señales enviadas por los electores de su cabreo e indignación, y en un gran numero, decididos a votar a la contra de los partidos habituales. Esta incuestionable realidad solo muestra que buscamos y necesitamos otro proyecto político de vida en común, que movilice no por el pasado sino por el futuro, que tire del país, que aglutine, interclasista, que de fuerza y revitalice la Europa de los ciudadanos, no la de las instituciones, vitalidad de la que en este momento carecemos.
La encuesta del CIS, nos muestra a los partidos de GOBIERNO -dos nacionales y dos nacionalistas- profundamente desgastados lo que les augura grandes dificultades para volver a gobernar, y que cifran sus esperanzas en que las alternativas tampoco tienen mucho que ofrecer, a parte de la crítica monotona a lo que hay. Este panorama político, nuevo y complicado, puede resumirse en:
- Un bipartidismo del PP y PSOE, muy tocado, de imposible recuperación.
- Un 30 % de voto estimado para el PP, que le deja muy lejos de la mayoría absoluta y, , con grandes dificultades para encontrar un compañero de viaje con el que pactar. Que lo apuesta todo a la recuperación económica, mucho más débil de lo que pregonan sus dirigentes, a la inercia del voto y el miedo a los "otros".
- Un PSOE con una estimación de voto del 21 %, lo que le situa a punto del coma político pero que sobretodo dejarían al grupo parlamentario socialista con serias dificultades para soportar su megaestructura, estos dos factores agravan los riesgos de escisiones e incluso de no encontrar solución a su laberinto, de una disolución. Pero, y este es su gran problema, recuperar posiciones requiere rectificaciones profundas que nada tienen que ver con lo meramente formal, el aspecto y el tono, algo que a día de hoy no parece dispuesto Pedro Sánchez.
- Los dos nacionalistas, PNV y CiU -País Vasco y Cataluña- son superados ampliamente por los grupos soberanistas HB-Sortu-Amaiur y ERC.
- El batacazo que se augura para UPyD -centro político- cuya estrella fulgurante en las elecciones de 2011 se está apagando por causa de de la ceguera e engreimiento de Rosa Díez y su liderazgo unipersonal, antipático y autocrático, eclipsada por la nueva estrella Pablo Iglesias. Y por los errores de bulto, como la negativa al pacto con Ciudadanos, tan necesario para lograr presencia en Cataluña, o la asimismo negativa al referéndum sobre monarquía o república, asumiendo el papel de acólito de los serviles o dinasticos, como se prefiera, perdiendo la oportunidad de reforzarse por el centro democrático y radical, en lugar de empeñarse en competir con sectores ultra conservadores.
- IU, con pérdida de tres puntos respecto a la media de las encuestas del último año, totalmente maltrecha, sufren desgaste de ideas al quedarse sin banderas que robar, y en cuyo caladero electoral aparece PODEMOS, ya que sus seguidores ven en ella a uno mas entre lo conocido que no convence.
- Podemos y Pablo Iglesias que en intención directa de voto está en el (11,9 %) por delante del PSOE (10,6 %) lo que le da una proyección de estimación de voto superior al 15 %, que les sitúa justo en el cogote del PSOE. Este movimiento populista, se extiende de modo transversa aglutinando no tan solo a quienes erróneamente creen que es una formación de izquierdas, si no a todos los irreflexivos descontentos con la coyuntura política, económica y social del momento, este no ser ni de izquierdas ni de derechas, aunque coja elementos comunes con ambas, y limitarse a anunciar que no aran lo que los otros han hecho y resulto impopulares es su gran ventaja y su debilidad, lo que unido al factor tiempo -los esquilones de un mal barbero se igualan con el tiempo- llegara el momento en que deberá dejar de predicar y dar trigo, bien como gobierno o como oposición real y no mediática, y ese será su talón de Aquiles.
Este es el panorama y no otro. La crisis económica cohabita con la crisis política e institucional, lo que requiere cirugía, y esta solo es posible practicarla si se consigue un consenso social similar al que hizo posible la transición hace un tercio de siglo.
Ese sara el momento, no antes, de los republicanos.
S&R
