jueves, mayo 07, 2020

España y el futuro: Un espacio netamente republicano.



De todo lo expresado en días pasados, se deriva que una salida a la grave crisis en que está sumida España sólo puede encontrarse en la República, como nueva forma de hacer política. Pero la pregunta es:

-¿Se puede ir hacia una alternativa republicana sin una fuerte acción pro República?

 Esta acción no se puede dejar a la eventualidad de los acontecimientos ni a la improvisación, sino que ha de promoverse desde una organización que consciente de la gravedad de la situación y de las opciones para afrontarla, apele a la acción política y a la participación. En suma, a un partido puramente republicano que sea capaz de diagnosticar, sin prejuicios, los actuales males y de encararlos adecuadamente ofreciendo soluciones válidas. Un partido  “intransigente” con la corrupción, con el alejamiento de las instituciones, con la dejación de las responsabilidades,  con la adulteración de la democracia, en definitiva con todos los vicios denunciados.

De acuerdo con lo razonado, ¿hay un espacio político, un hueco evidente, para un partido como el que se propone?. Si así fuere, se nos dirá, ¿por qué no se ha formado ya?. Si esto está tan claro, ¿por qué no está operando tal alternativa?.

Pues, fundamentalmente, porque las instituciones y las personas que tienen el poder real o “fáctico” en el “status quo” actual, si bien son incapaces de ofrecer salidas y de hallar soluciones, sí que son fuertes a la hora de defender posiciones y privilegios y ponen barreras a todo cambio a través de:

1.    Los medios de comunicación: son prácticamente unánimes en defender la situación actual. A lo que no son ajenas las generosas recompensas y la buena financiación. Apenas llegan a oírse o a verse impresas voces críticas o planteamientos lúcidos que son silenciadas y eliminados. Imposible de superar el “muro mediático”.

2.    La financiación: la formación de un partido requiere ingentes fondos de los que sólo disponen los partidos integrados en el sistema a través de la financiación pública y abundantes “donaciones privadas”, que responden a intereses muy concretos, en gran parte de los casos, “inversiones” empresariales que esperan buenas contraprestaciones.

3.    La pereza: a la hora de actuar en política, de movilizarse, si ello requiere un esfuerzo, resultado de la actuación eficaz “establishment” que se beneficia de la pasividad y abulia de los ciudadanos. 

4.    La acción directa de las clases dominantes: la propensión de los poderes establecidos a eliminar posibles nuevos actores y menos con ideas radicales, sus maniobras de asfixia son brutales, en este sentido sirva de ejemplo lo que ha pasado ante la aparición de  nuevos partidos, inicialmente  acogidos con cierta simpatía, al cobrar cierta fuerza, todos se han confabulado para “ningunearlos”, pues dejaban de servir para debilitar al partido político que estaba en el poder para convertirse en rivales que podían introducir elementos no controlables por el sistema.
  
5.    Los republicanos: partidarios de la republica que sirva a su partido o su ideología, olvidando que La República o será de todos o no será”, en cuyo caso prefieren dejarlo al albur de las circunstancias, y mientras sacar el santo en las procesiones o sermones.

Pese a los inconvenientes, hay un gran espacio potencial para el desenvolvimiento de un movimiento puro republicano, y este movimiento es preciso que sea impulsado, no sólo por amplias capas de la población, sino, de forma más activa, por un instrumento políticamente más eficaz, es decir, un partido netamente republicano capaz de sacar a nuestro país del atolladero.

S&R




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