sábado, abril 18, 2020

Hacia la República: El Sistema Electoral





En la República, el sufragio universal, libre, directo y secreto es la única forma que garantiza el principio de representación. El derecho al voto, como en todo régimen democrático, debe perseguir el objetivo de logar la expresión de la voluntad popular.

En España, tenemos sobre la mesa, al igual que en otras democracias, el debate acerca de los diferentes sistemas electorales, ya que la experiencia de los últimos cuarenta años no es satisfactoria.
En 1978 se pensó que los partidos políticos necesitaban una protección especial, había que infundir confianza a los que estaban dispuestos a dedicarse a la cosa pública, a asociarse y participar activamente en la política.

Con esa finalidad se estableció, de forma transitoria, un sistema que garantizaba la financiación pública de los partidos y reforzaba la autoridad de sus dirigentes, mediante listas cerradas y bloqueadas, para desarrollar la cultura partidista se sacrifico la libertad de los electores. Pero el andamiaje de partidos políticos y sistema electoral  permanece anclado, no hay nada más duradero que lo provisional.

El sistema se ha agostado, la atmosfera endogámica de los partidos se ha hecho irrespirable para los espíritus libres. Por eso la República, que ha de venir,  deberá dotarse de un sistema de listas abiertas, con circunscripciones más reducidas en las que los electores conozcan a sus representantes y en el que para alcanzar el derecho a la prima por representación, los partidos deberán obtener un porcentaje mínimo de votos a nivel nacional, eliminando la “prima” que ahora se otorga a las minorías nacionalistas en perjuicio de  los proyectos estatales.

Todo ello sin perder de vista que no hay fórmulas infalibles, pero siendo conscientes, con la perspectiva que dan los años,  que la persistencia del  actual modelo es una traba a la democracia plena.

S&R










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