jueves, abril 30, 2020
España y el futuro: La crisis de la Jefatura del Estado.
miércoles, abril 29, 2020
España y el futuro: La Crisis del modelo territorial.
martes, abril 28, 2020
España y el futuro: Crisis social.
lunes, abril 27, 2020
España y el futuro: La crisis
viernes, abril 24, 2020
Hacia la República: ¿…?
Teniendo en cuenta que no hay nadie que sea capaz de determinar la dimensión y el alcance de la crisis económica por la sencilla razón de que se desconoce por completo la duración de la epidemia, y si va a tener punto y final o se trata de una infección sistemática a la que nos tendremos que acostumbrar, el impacto en la economía europea y mundial es una auténtica incertidumbre y solo videntes y profesionales del cuento se atreven a poner un horizonte al caos que nos angustia.
Ante la ausencia de certezas sobre el estado en que quedará la economía mundial, europea y la española, agrietada por tantas anomalías, aventurar cuándo se restaurara en España la República, es imposible.
La República será una opción esperanzadora de futuro democrático, sobre todo, si es asumida por todos, derechas e izquierdas, como la conclusión unitaria, natural e integradora de la evolución política de España.
El republicanismo en España no puede ser un asunto de historiadores o estudiosos exclusivamente; ni algo marginal que sirva de refugio a un extremo del arco político; ni mucho menos banderín de enganche de los que se han quedado sin banderas que agitar, manteniendo el secuestro de la República y estimulando el descrédito del republicanismo.
¿Existirá España?
S&R
jueves, abril 23, 2020
Hacia la República: La Transición
¿Cómo se ha llegado a esta situación?
¿Cuál será el porvenir de España?
La Monarquía instaurada por Franco, reforzada por la lealtad del Ejercito fiel a las decisiones del dictador, tuvo por objetivo el establecimiento de una democracia limitada, gobernada y administrada por los grupos de poder tradicionales. Con el fin de ensanchar las bases del nuevo régimen, se pretendía integrar en su seno al socialismo, procurando que no se pusiera en peligro las verdaderas relaciones de poder. En ningún momento se aspiraba iniciar un periodo constituyente, todo lo contrario, para evitarlo nació el proyecto de Reforma Política del 76, que despojaría al “Régimen” del inservible ropaje totalitario, aceptando el sufragio universal y los partidos políticos excepto, eso sí, los republicanos.
En el 77, se convocaron elecciones para constituir el Congreso de los Diputados, no fueron Cortes Constituyentes, las circunstancias obligaron a unas Cortes ordinarias a elaborar una Constitución; la Monarquía se vio obligada a ir más allá y sin guion de Constitución, sin proyecto nacional, con el sólo objetivo de asentar a toda costa la Corona, se fabrico una Constitución que garantizaba los intereses de sus creadores, Monarquía, partidos políticos y nacionalistas. Arbitrándose unos mecanismos de reforma constitucional que en la práctica la hacen imposible –que se lo pregunten al actual gobierno-, consumándose de esta manera el reparto patrimonial del Estado.
De esta manera se inicia la tan renombrada Transición, como un improvisado caminar político, a salto de mata, con escaso interés en fortalecer la sociedad civil y un alocado fenómeno autonómico, conviviendo con una tremenda crisis económica agravada por el terrorismo y la inestabilidad social y política.
El golpe de Estado del 23 de febrero del 81, aviso o pretendida solución al caos en el que por su falta de autenticidad democrática el nuevo régimen político estaba sumiendo a España, probó que los ciudadanos no estaban dispuestos a arriesgarse en defensa del mismo, a diferencia de julio del 36. Resuelto el Golpe de Estado, se priorizó el fortalecer a la Monarquía presentándola como salvadora de la democracia y para ello había que apuntalar el edificio constitucional.
El inteligente y poco valorado Calvo Sotelo, presidente de un gobierno débil, escribió la partitura que se ha bailado desde entonces:
- Se acotaron y restringieron, lo más posible, las responsabilidades en el intento de golpe de Estado.
- Se decidió la entrada de España en la OTAN.
- Se aceleraron las negociaciones para el ingreso en la C.E.E.
Y llego octubre del 1982, iniciándose la segunda parte de la obra iniciada con la muerte de Franco. Los primeros gobiernos socialistas, que sin perjuicio de las buenas intenciones sucumbieron con rapidez a los halagos del poder, fortalecieron la imagen del Rey como garante de la democracia y permitieron el reagrupamiento en su entorno de los grupos de poder, desvaneciendo cualquier idea de transformación y de progreso, el PSOE había sido asimilado. Se renuncio a la política de progreso por la política de imagen.
Fueron años de abundancia, la banca, las empresas de construcción y los grupos de comunicación detentaban el poder mientras amasaban grandes fortunas, al tiempo la sociedad, desvertebrada, asistía incrédula y complacida al espectáculo.
Complacencia que termino en indignación ante la podredumbre de la clase dirigente y llego el turno del PP con propósitos regeneradores de la vida pública que no se cumplieron. Los ciudadanos tras el cesarismo insoportable de José Mª Aznar, presidente del gobierno, optaron por despedir al PP, volviendo el PSOE, Rodriguez Zapatero formó gobierno con el apoyo de ERC e IU. En 2007 ya nadie negaba la crisis constitucional y comenzó a hablarse de una reforma “limitada”.
Pero las ocurrencias de Zapatero “El Bobo”, un presidente ególatra y flautero que junto a decisiones avanzadas en materia de derechos civiles y esfuerzos en políticas sociales cerro la Transición dejando a España en la mayor crisis económica del último siglo, crisis que no supo ver, que para su ridículo y la de sus ministros, negó y cuando ya era tarde abordo con medidas erróneas y populistas. Cerro su mandato anteponiendo los intereses del capital internacional frente a los de su pueblo, para lo que no dudo en modificar la Constitución, dejando a España en el umbral de un periodo constituyente, aplazado por más de diez años.
Periodo constituyente, que necesariamente ha de abrirse, en el que los republicanos debemos expresar nuestras opiniones, haciendo hincapié en aquello que ha sido el hilo conductor de nuestra tradición, los principios revolucionarios de libertad, igualdad y fraternidad.
S&R
miércoles, abril 22, 2020
Hacia la República: Estado Integral
La Constitución del 78 abordo de forma apresurada la cuestión nacionalista, primando desde el poder la construcción del Estado de las Autonomías. Modelo ambiguo y equivoco que nunca llenara las expectativas de las minorías nacionalistas que gobiernan en Cataluña y País Vasco, y lo que es más grave, en el resto de territorios, se están dedicando grandes esfuerzos para desarrollar originalidades históricas para afirmarse a sí mismas mientras que se olvidan que son órganos del Estado, al que desacreditan y merman en detrimento de los intereses generales.
Los distintos gobiernos de la Nación han sido complacientes con el fenómeno y han hecho dejación de sus competencias, que se encontraron desarmados para ejecutar gran parte de las políticas que interesan al ciudadano: Educación, sanidad, obras publicas, fiscalidad, …, siendo las Comunidades Autónomas las que ostentan el verdadero poder, produciéndose una gigantesca red de intereses clientelares, políticos y económicos, de una clase política profesionalizada que deja poco espacio para el cambio de modelo.
Este desgarramiento del Estado propiciado por PSOE y PP, tributarios de los nacionalistas, ha puesto a España en una crisis sin precedentes, capaz de hundir a la monarquía a manos de los más beneficiados por la misma, los nacionalistas.
Buscando una salida a este conflicto y dado que los protagonistas se muestran incapaces valdría la pena apelar a la República y su concepción del Estado Integral.
La Segunda República tuvo que diseñar una concepción del Estado que manteniendo los ideales de unidad nacional en democracia, atendiera las demandas del nacionalismo catalán firmantes del Pacto de San Sebastián. Tres visiones confluían en la discusión sobre el modelo de Estado republicano:
- La federal defendida por grupos republicanos y nacionalistas.
- La jacobina de republicanos históricos y socialistas.
- La autonomista de los republicanos no históricos.
Recuperada la República ha de restaurarse la unidad del país, rechazando, desde el mantenimiento de los valores democráticos, la idea de considerar al valor de la unidad como algo propio de sectores rancios y retrógrados; debemos aspirar a ese objetivo, nuestro país no puede seguir enfrascado indefinidamente en la discusión sobre su propio ser. Por ello parece aconsejable rectificar, sin complejos, la deriva hacia esa monarquía confederal auspiciada por nacionalistas, socialistas y progresistas sin apellido. Sería la peor de las soluciones.
S&R
martes, abril 21, 2020
Hacia la Republica: La Educación
Es claro que la Republica, que ha de venir, ha de abordar
la educación desde el único camino posible para construir una sociedad de
hombres libres, garantizando el acceso gratuito de todos, con escuelas
suficientemente dotadas y respetando el derecho de otras instituciones a sus
propios centros, pero garantizando mediante el Servicio de Inspección que no se
menoscaben los valores republicanos del conocimiento y la tolerancia.
Nuestro Estado, no ha encontrado su lugar en la
educación, salvo durante la fugaz Segunda República en que se construyeron
miles de escuelas primarias, se aumento la plantilla de maestros un 30 por 100,
se crearon nuevos institutos, se cambiaron los planes educativos y la Universidad
gozo de total autonomía y libertad. De La educación, pilar del republicanismo
español, se pretendía que llegara el progreso social y el de la nación.
Tributaria de estos principios es la Constitución del
78, pero dejo las competencias de educación en el limbo, ni están entre las del
Estado ni en el las de las Comunidades Autónomas. El Estado de la Transición,
durante años, a intentado implantar diversos planes educativos en los distintos
niveles de enseñanza, con resultados decepcionantes.
Vergonzosamente España figura como uno de los países
con menor calidad educativa de la U.E. Estas malas políticas, van directamente
en perjuicio de las clases más débiles atacando los principios de igualdad y
solidaridad.
En la Republica, que necesariamente llegara, las
competencias educativas deberán de corresponder inequívocamente al Estado,
abandonando la subsidiaridad actual de las Comunidades Autónomas y las
instituciones religiosas. El Estado ha de asumir sus compromisos, con planes de
estudios, claros y precisos que se aplicaran homogéneamente a todo el país.
S&R
lunes, abril 20, 2020
Hacia la República: La Justicia
El papel de la administración de justicia es capital en nuestra sociedad, pero precisamente es la materialización y ejecución de ese papel lo que genera inquietud ya que el funcionamiento eficaz de la justicia, en España, es una cuestión que no termina de resolverse, para descredito de la institución y el propio Estado.
El modelo de justicia del 78 es de resultados mas bien mediocres, nada más deprimente que oír: "La Justicia es un cachondeo", pero no sólo eso, los profesionales confiesan y reconocen la imposibilidad de lograr mejoras dentro del mismo. La dispersión de competencias, las transferencias de funciones a las autonomías y la confrontación partidista dentro del Consejo del Poder Judicial son algunos de los obstáculos insalvables.
Siendo lo anterior cierto, parece lógico que la propuesta republicana para la Justicia pase por agruparlas entorno a los principios de eficacia en la gestión y unidad de acción en el ejercicio de las competencias. Dotando al Presidente del Tribunal Supremo de facultades claras y precisas y devolviendo al Ministerio de Justicia las competencias de carácter administrativo en pésima hora cedidas a las Comunidades Autónomas.
S&R
sábado, abril 18, 2020
Hacia la República: El Sistema Electoral
En España, tenemos sobre la mesa, al igual que en otras democracias, el debate acerca de los diferentes sistemas electorales, ya que la experiencia de los últimos cuarenta años no es satisfactoria.
Con esa finalidad se estableció, de forma transitoria, un sistema que garantizaba la financiación pública de los partidos y reforzaba la autoridad de sus dirigentes, mediante listas cerradas y bloqueadas, para desarrollar la cultura partidista se sacrifico la libertad de los electores. Pero el andamiaje de partidos políticos y sistema electoral permanece anclado, no hay nada más duradero que lo provisional.
El sistema se ha agostado, la atmosfera endogámica de los partidos se ha hecho irrespirable para los espíritus libres. Por eso la República, que ha de venir, deberá dotarse de un sistema de listas abiertas, con circunscripciones más reducidas en las que los electores conozcan a sus representantes y en el que para alcanzar el derecho a la prima por representación, los partidos deberán obtener un porcentaje mínimo de votos a nivel nacional, eliminando la “prima” que ahora se otorga a las minorías nacionalistas en perjuicio de los proyectos estatales.
Todo ello sin perder de vista que no hay fórmulas infalibles, pero siendo conscientes, con la perspectiva que dan los años, que la persistencia del actual modelo es una traba a la democracia plena.
viernes, abril 17, 2020
Hacia la República: El Parlamento
Buen ejemplo de ello es que en cuarenta años no se ha dado el caso de que un presidente o un ministro haya dimitido por una iniciativa parlamentaria, los medios y los escándalos, han tenido más suerte.
El poder omnímodo de las direcciones de los partidos y la existencia de las candidaturas en listas cerradas y bloqueadas, ha conseguido que el número de casos de diputados o senadores que hayan contravenido la disciplina de partido no llegue ni a la insignificancia.
Que sólo se pueda censurar al gobierno si se presenta un candidato a la jefatura del mismo (moción de censura constructiva) supone acorazar al poder ejecutivo en perjuicio de la labor del Parlamento. La defensa de la estabilidad de uno de los poderes del Estado, el Gobierno, no puede ir en detrimento de otro, el Parlamento.
El mantenimiento de gobiernos sin el apoyo de la mayoría parlamentaria en base a que esta no puede proponer un candidato a la jefatura del gobierno, y que la jefatura del Estado carece de iniciativa en esta materia, en consonancia a su carácter no democrático, hacen del jefe de gobierno el epicentro del sistema, convirtiendo al resto de las instituciones del Estado en satélites a su alrededor.
Siendo la influencia del Congreso muy limitada en la política nacional, la del Senado es totalmente irrelevante, sus escaños son un premio para políticos amortizados. Es tan ineficaz e irrelevante que todos plantean su reforma, aunque quizá lo más acertado sería su desaparición.
La creación de una sola cámara, el Congreso, dotada de autenticas capacidades de fiscalización; la iniciativa parlamentaria; la independencia del diputado; la cesura de la mayoría, sin la obligación de aportar candidato ; los cauces democráticos para que el jefe del Estado nombre al jefe del gobierno. Si se desea fortalecer los usos democráticos y parlamentarios en España, son propuestas sobre los que la República debería reflexionar.
S&R
jueves, abril 16, 2020
Hacia la República: La Jefatura del Estado
S&R
miércoles, abril 15, 2020
Hacia la República
Hoy es 15 de abril y quienes consideramos que las propuestas republicanas tienen la fuerza de la razón y de la historia, no podemos volver a la laxitud y dejar en manos de las minorías nostálgicas de lo que no puede volver, o de las que se confunden interesadamente con el republicanismo buscando réditos electorales, al movimiento republicano que se inicia una vez más en nuestra sociedad.
El republicanismo ha permanecido ausente de la realidad política española, por sus propios errores y por los de los viejos aliados, que le volvieron la espalda y hoy son defensores de la monarquía, pero que reconocen que la estructura constitucional está aquejada de males que oscurecen su futuro. Se impone cerrar y superar el ciclo de la Transición, dando contenidos a los proyectos de revisión constitucional.
España es un Estado importante de la U.E., y una potencia media en el orden internacional, que merece la presentación de una formulación republicana a la revisión constitucional adaptada a los nuevos tiempos, lejos de viejos clichés, imponiendo la idea de la nueva República, que no será ni la I ni la II, y aprendiendo de las experiencias y errores del pasado la III restaure un proyecto nacional, en el que siguiendo a Azaña todos quepamos y a nadie se le proscriba por sus ideas.
“La República será democrática o no será. De esta manera los republicanos venimos al encuentro del país, no como estériles agitadores, sino como gobernantes; no para subvertir el orden, sino para restaurarlo; no para comprometer el porvenir de la nación, sino como la última reserva de esperanza que le queda a España de verse bien gobernada y administrada, de hacer una política nacional” M. Azaña ( Sep. De 1930)
S&R
martes, abril 14, 2020
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