sábado, junio 20, 2020

A la espera del otoño




 

Los heraldos, afines o bien pagados, nos anuncian machaconamente la buena nueva,  el lunes próximo iniciamos la “nueva normalidad”. Estaremos en la plena y libre circulación de personas, asómbrese Spartaco de su liberación de los esclavos, lo que nos parece más que suficiente como para que no demos importancia a los indicadores de la economía, que empeoran a cada día, o a las expectativas de una eventual mala temporada turística.

¡No importa!

 ¿Qué no tenemos un plan de recuperación económica, unos Presupuestos Generales del Estado, ni tan siquiera un principio de  acuerdo de diálogo social? No importa, tenemos la “nueva normalidad” nos dice los coríferos del Gobierno, eso sí, no nos dice ni parece preocuparles en qué consiste, como no sean los desbarajuste y diferencias entre los ministros.

Nuestros políticos -gobierno, muletas, bastones y oposición-, quizás por la “mueva normalidad” o por que las vacaciones ya se adivinan, se dedican a los fuegos de artificio, ajenos a la enorme crisis económica, social, política e institucional que tenemos encima, perdiendo un tiempo del que carecemos, fiándolo todo a la UE cuyas instituciones, como es su costumbre, parecen no ser conscientes de la grave situación en la que estamos inmersos, nosotros y  la propia UE, pero nosotros mas.

Los rebrotes del Covid-19 son un aviso a navegantes a los que no deberían se extraños y tenerlos en cuenta, no solo sanitariamente; el turismo tan necesario para la reactivación económica se verá afectado por los mismos, y ya veremos cómo se comporta porque el miedo y la escasez de recursos son elementos que unidos no ofrecen buenas expectativas.

Lo más grave de la situación es que no se ve ningún proyecto que permita garantizar la reactivación de la economía y el empleo y la comisión parlamentaria creada al efecto dormita ya el sueño de los justos sin haber despertado y estamos lejos de la sonsera del mes de agosto .

Es posible que la irresponsabilidad de los políticos y agentes sociales los lleve pronto de vacaciones, sin tomar ninguna iniciativa y dejen atascado el país, a la espera de ver qué ocurre en el otoño en la UE.

Parece que el Gobierno es pertinaz en seguir llegando tarde a todo en esta crisis.



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