Será por efecto de esta ya larga austeridad, impuesta y la obsesión por reducir el déficit, de tan nefastas consecuencias para la mayoría, pero hoy lo que se me ocurre es pedir a los Reyes, los de verdad, los de oriente, no a los usufructuarios de la herencia de Franco -el pequeño dictador-, que me traigan un trozo, aunque sea pequeño, de la parte de tarta que me corresponde.
Hace mas de treinta años, cuando era joven y no creía en los Reyes -fábula retrógrada- y si en los políticos, nos dijeron que para repartir la tarta antes había que hacerla crecer, lo contaba el compañero Felipe, hoy con las eléctricas, el mismo que inicio una reconversión industrial que despojó a España de gran parte de su tejido industrial, como exigían Alemania y otras potencias para aceptarnos en el Mercado Común, el que opto por el ladrillo y el turismo barato como modelo de economía sostenible para España, diezmando la ganadería y la agricultura al igual que el sector naval, en beneficio de otras economías, y otras menudencias largas de explicar y faciles de entender.
Hoy como hace treinta años nos dicen lo mismo, que la recuperación exige sacrificios. Yo no tengo duda de qué salida de la crisis quieren los ricos y los gobiernos a su servicio, la pretendida recuperación desvela qué es lo que buscan de verdad -¡ aumentar más sus beneficios!.
Pero como nunca hubo reparto de tarta en los 30 años en los que oí por vez primera la fábula de "la tarta y el reparto", salgo a comprar un rosco de reyes, no vaya a ser que los Reyes no existan.
S&R
domingo, enero 05, 2014
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1 comentario:
Algún día tocará repartir
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