Tres eran tres, el Rey, Rajoy y Rubalcaba, comiendo las uvas a la espera de que el tiempo lo arregle todo.
Y, mientras, al sufrido y paciente -en exceso- pueblo se le ponen los pelos de punta ante el sentimiento de que lo peor aún está por llegar, ellos piensan que el sentimiento de los españoles ante la grave y cada vez más dura realidad, carece de importancia, que no hay que hacer nada, solo mirar hacia otro lado.
Así no podemos seguir. Sin un Gobierno capaz de controlar esta crisis, al estar muy ocupado en otras cosas. Sin una oposición, que solo está dedicada a los problemas internos de los socialistas.
Algo hay que hacer, y ese algo lo harán los ciudadanos, tienen que hacerlo. España está inmersa en un periodo de fin de Régimen al que se añade la indignación general ciudadana por el paro, la corrupción, y la involución democrática.
No existen válvulas de seguridad para estos casos y lo más fácil es que salte hacia el techo el tapón de la botella, es decir la Corona, a la que hoy agasaja el PSOE hasta el empalago, hoy servil y lacayo pero a la que negara y rechazara a fin de subir un puntos en la escala electoral, progresismo que ya le reclaman las desbordadas juventudes socialistas.
Feliz 2014 y que se les atragante.
S&R
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