martes, octubre 11, 2011

Si el Pueblo lo quiere ...





Se acercan las elecciones y conviene reflexionar sobre lo que debemos -¡Perdón!- podemos hacer ante las urnas.

¡La fiesta de la Democracia!

Puede que lo sea, pero sólo cuando el pueblo elige a representantes que le rinden cuentas, defienden sus criterios y están obligados a cumplir su voluntad soberana, mientras tanto mas parece la fiesta del reparto del poder. Son los partidos los que controlan a diputados y senadores, los que elaboran las listas y los que disfrutan de la lealtad de los representantes, el pueblo es ajeno al proceso, los que eligen realmente no son los ciudadanos sino los políticos que hacen las listas, los representantes no conocen a sus electores, su lealtad y obediencia son para los partidos que les han incluido en las listas. Los ciudadanos no cuentan, han sido expulsado de los procesos de toma de decisiones por los que ejercen la política como monopolio. Mientras que la corrupción infecta el sistema, los políticos ni rinden cuentas, ni dimiten porque disfrutan de una impunidad obscena.

¿Qué vamos a hacer en las próximas elecciones? Teniendo en cuenta que el único poder que nos otorga el sistema es el del voto; somos poderoso mientras las urnas están abiertas, al cerrarse volvemos a ser unos desposeídos, sin capacidad de ejercer nuestra voluntad política o de influir siquiera en las decisiones.

Frustrados por la baja calidad de nuestra democracia, cuatro son las opciones a barajar: votar al partido político preferido, votar al partido contrario para castigarle, votar en blanco y abstener se de votar. Votar a uno de los partidos que controlan el sistema, ya sea porque gusta o por venganza significa tanto como alimentar el abuso; votar en blanco significa aceptar la democracia pero rechazar a todos los partidos y candidatos y abstenerse es despreciar el sistema.

Mediante el voto delegamos todos los poderespolíticos entregándolos a alguien que nos merece confianza, pero cuando esos candidatos no la merecen y han demostrado ser unos incapaces que nos han conducido a la ruina y el fracaso, y otros, una oposición sin fuelle ni ideas que espera a que le toque su turno para disfrutar del poder, votarlos es una insensatez.


El gran reto de los demócratas es cambiar el sistema para que en lugar de señores tengamos servidores públicos, representantes honestos bajo control de las leyes y de la ciudadanía, lo contrario es una locura y, además, una indecencia.

S&R

No hay comentarios: