Debe de ser verdad aquello de -¡Las Cuencas van bien!, cuando el tiempo y la “inteligencia” de nuestros ediles se destina a crear enfrentamientos entre los municipios de la comarca, que llegan al Juzgado: “San Martín del Rey Aurelio y Langreo se han enzarzado en una batalla judicial a causa de la gestión del agua de la traída del Raigosu”.
Según nos informa la prensa de la semana pasada, San Martín demanda a Langreo para evitar que le sea retirada el agua de la traída del Raigosu, al pretender la empresa concesionaria de la gestión del agua de Langreo –empresa mixta y de dominio municipal- aprovechar el 80% del caudal que le corresponde y que el concejo vecino lleva usando durante décadas, exactamente desde que se hizo el nuevo canal que aprovechaba las aguas del canal de La Coruxera. Construcción que posibilitó que Langreo sólo en contadas y excepcionales ocasiones necesitara el agua del Raigosu para el abastecimiento de su población, únicamente en caso de averías.
Lo cierto es que bien por solidaridad comarcal o por aquello de “agua que no has de beber déjala correr”, en San Martín se utiliza desde hace más 40 años un porcentaje muy superior del 20 por ciento del que inicialmente tenía establecido desde 1927, recurso “gratuito” que complementa el suministro de agua del concejo, ya que pertenece a la red de Cadasa. La medida que pretende adoptar Langreo tiene como efecto colateral, que San Martín debería buscar un medio alternativo para garantizar su suministro o sufragar el coste de tratamiento y bombeo del agua que utiliza.
Langreo, se justifica diciendo que con la medida, se ahorrarían costes eléctricos y de mantenimiento de las máquinas de bombeo que actualmente se utilizan para llevar el agua hasta Entralgo, y tiene razón. San Martín reconoce que lleva 40 años usando en exclusiva el agua del manantial, pero alega que durante este tiempo ha asumido todo el mantenimiento y las reparaciones, y también es verdad.
Si los dos Ayuntamientos reconocen sus recíprocos intereses y razones, si manifiestan sus ediles el deseo de acuerdo, si pertenecen a una mancomunidad que nació del deseo de integración administrativa y política de la comarca, si sus vecinos son parientes entre si y raro resulta el langreano que no tiene un hermano en San Martín o el de San Martín que no tiene una hija en Langreo, ¿Cuál es la razón para iniciar un pleito? ¿Por qué los desplantes y las “putadas”?
Muy sencillo por que D. Juan Miguel Muñoz y D. Mario Efrén García, concejales respectivos de Langreo y San Martín y sus correspondientes corporaciones nos mienten. El asunto real es que la planta potabilizadora de Entralgo, que abastece Langreo está sobredimensionada para las necesidades de este municipio, pues en concepción se diseño en la creencia de que llegaría a abastecer al concejo de San Martín; creencia basada en la “fe” y no en un debate serio sobre el abastecimiento de agua a la comarca, pues en aquel entonces San Martín ya estaba integrado en CADASA, opción que era valida para Langreo pero fue rechazada por la solución autónoma, quien no recuerda el famoso argumento de -¡Langreo tiene 1000 l/seg. de agua gratis, no necesitamos a CADASA!, lo cual era cierto pero estaba en Laviana y sin potabilizar; por otro lado no se tuvo en cuenta que Langreo era un municipio en recesión y que tanto la población como la actividad económica disminuirían y con ello el consumo del agua; y si a esto se añade que la mejora de la red interior disminuyo el derroche de agua por perdidas, el actual consumo no se corresponde con el previsto con los cálculos de viabilidad de la potabilizadora.
Como vemos la razón de todo el asunto está en el desequilibrio financiero de la explotación de la potabilizadora de Entralgo, que solo se puede solucionar mediante la facturación de mas litros a un nuevo cliente, en este caso San Martín, o subiendo el precio al consumidor final en Langreo y como esta última solución no la puede aceptar el gobierno municipal por temor a la reacción de los vecinos pues se presiona a San Martín para que nos compre el agua y en todo caso se le hecha la culpa del elevado coste de potabilización de nuestro agua.
Una vez más, el PSOE de las cuencas pretende entretenernos y despistarnos con las declaraciones de guerra puestas en escena por D. Juan Miguel Muñoz y D. Mario Efrén, compañeros del alma y comedores del mismo pesebre, en lugar de asumir la realidad del valle y las necesidades de soluciones conjuntas y solidarias.
S&R
Según nos informa la prensa de la semana pasada, San Martín demanda a Langreo para evitar que le sea retirada el agua de la traída del Raigosu, al pretender la empresa concesionaria de la gestión del agua de Langreo –empresa mixta y de dominio municipal- aprovechar el 80% del caudal que le corresponde y que el concejo vecino lleva usando durante décadas, exactamente desde que se hizo el nuevo canal que aprovechaba las aguas del canal de La Coruxera. Construcción que posibilitó que Langreo sólo en contadas y excepcionales ocasiones necesitara el agua del Raigosu para el abastecimiento de su población, únicamente en caso de averías.
Lo cierto es que bien por solidaridad comarcal o por aquello de “agua que no has de beber déjala correr”, en San Martín se utiliza desde hace más 40 años un porcentaje muy superior del 20 por ciento del que inicialmente tenía establecido desde 1927, recurso “gratuito” que complementa el suministro de agua del concejo, ya que pertenece a la red de Cadasa. La medida que pretende adoptar Langreo tiene como efecto colateral, que San Martín debería buscar un medio alternativo para garantizar su suministro o sufragar el coste de tratamiento y bombeo del agua que utiliza.
Langreo, se justifica diciendo que con la medida, se ahorrarían costes eléctricos y de mantenimiento de las máquinas de bombeo que actualmente se utilizan para llevar el agua hasta Entralgo, y tiene razón. San Martín reconoce que lleva 40 años usando en exclusiva el agua del manantial, pero alega que durante este tiempo ha asumido todo el mantenimiento y las reparaciones, y también es verdad.
Si los dos Ayuntamientos reconocen sus recíprocos intereses y razones, si manifiestan sus ediles el deseo de acuerdo, si pertenecen a una mancomunidad que nació del deseo de integración administrativa y política de la comarca, si sus vecinos son parientes entre si y raro resulta el langreano que no tiene un hermano en San Martín o el de San Martín que no tiene una hija en Langreo, ¿Cuál es la razón para iniciar un pleito? ¿Por qué los desplantes y las “putadas”?
Muy sencillo por que D. Juan Miguel Muñoz y D. Mario Efrén García, concejales respectivos de Langreo y San Martín y sus correspondientes corporaciones nos mienten. El asunto real es que la planta potabilizadora de Entralgo, que abastece Langreo está sobredimensionada para las necesidades de este municipio, pues en concepción se diseño en la creencia de que llegaría a abastecer al concejo de San Martín; creencia basada en la “fe” y no en un debate serio sobre el abastecimiento de agua a la comarca, pues en aquel entonces San Martín ya estaba integrado en CADASA, opción que era valida para Langreo pero fue rechazada por la solución autónoma, quien no recuerda el famoso argumento de -¡Langreo tiene 1000 l/seg. de agua gratis, no necesitamos a CADASA!, lo cual era cierto pero estaba en Laviana y sin potabilizar; por otro lado no se tuvo en cuenta que Langreo era un municipio en recesión y que tanto la población como la actividad económica disminuirían y con ello el consumo del agua; y si a esto se añade que la mejora de la red interior disminuyo el derroche de agua por perdidas, el actual consumo no se corresponde con el previsto con los cálculos de viabilidad de la potabilizadora.
Como vemos la razón de todo el asunto está en el desequilibrio financiero de la explotación de la potabilizadora de Entralgo, que solo se puede solucionar mediante la facturación de mas litros a un nuevo cliente, en este caso San Martín, o subiendo el precio al consumidor final en Langreo y como esta última solución no la puede aceptar el gobierno municipal por temor a la reacción de los vecinos pues se presiona a San Martín para que nos compre el agua y en todo caso se le hecha la culpa del elevado coste de potabilización de nuestro agua.
Una vez más, el PSOE de las cuencas pretende entretenernos y despistarnos con las declaraciones de guerra puestas en escena por D. Juan Miguel Muñoz y D. Mario Efrén, compañeros del alma y comedores del mismo pesebre, en lugar de asumir la realidad del valle y las necesidades de soluciones conjuntas y solidarias.
S&R
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