Asalto a la República. Los diarios robados del presidente de la Segunda República

La Esfera de los Libros (2011), saca a la luz los diarios robados del primer presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora. Este libro, primero de una anunciada trilogía, abarca lo sucedido entre enero y abril de 1936.

Testimonio inmediato y directo de los cien días escasos de su mandato en 1936, nos presenta una República agónica al tiempo que manifiesta su descontento con la generalidad de los políticos, manifiestamente mejorables, desde Azaña, por el que siente aversión (parece que esta era mutua) cuya soberbia y mala educación irritan, hasta el “demagógico” Gil-Robles; pocos son los que salen bien parados.

Alcalá-Zamora, liberal, burgués y católico, resultaba sospechoso para las derechas y conservador para los revolucionarios, probablemente bienintencionado en muchas de sus decisiones tuvo la rara virtud de dejar descontentos a los unos y los otros, ganándose la inquina e incomprensión de la casi totalidad del espectro político. Muy critico con la ley electoral aprobada en 1931 por el primer Gobierno de Azaña de la que opinaba que sólo beneficia los extremos políticos, la achaca el desastre que supusieron las elecciones del 16 de febrero del 1936, junto al ambiente de tensión, la jornada se llena de "robos de urnas, amenazas a gobernadores civiles y quema de iglesias" (según sus palabras).

Presiente, sin duda, el sentido que tomarán los acontecimientos políticos, siendo muy significativo que el 8 de abril de 1936, antes de ser destituido, cuando el Estado Mayor del Ejército le pidió apoyo para apartar a Azaña y su gobierno, se niega -"Mi camino es otro; el de mi deber, sin sospecha de ambición"-, al igual que la acusación a Azaña de provocar un "golpe de estado parlamentario" para destituirle en mayo de 1936.

Como quiera que sea es un libro muy interesante, por lo que respecta a las memorias, dejando aparte por tendenciosamente escogidas sus anotaciones a pie de pagina, que pretenden conducir al lector poco formado a justificar o cuando menos razonar la necesidad del golpe militar y la guerra civil.

S&R

La Constitución Inmaculada e Inmortal

Yo no se, si este puente que ya tenemos en puertas, es el de la “Inmaculada” o el de la “Constitución”, a fin de cuentas da lo mismo, y por otro lado trono y altar siempre han ido juntos.

Decía Haro Tecglen (19.09.2003, diario El País): “La constitución es una voluntad popular que sustituye a los reyes”. Y a los Papas, añado yo, y sus homólogos.

La española cuya efemérides se celebra en estas fechas, nació por las circunstancias, temerosa, corta y vacilante, fruto del miedo y del disimulo de legisladores asustados, taimados, ladinos e hipócritas que aprovechando la situación de pacto y compromiso, excluyen a los constitucionalistas natos, a los republicanos. No es un caso único en la historia, el que a pesar de la promesa de “los padres” de abordar su desarrollo mediante leyes complementarias, reglamentos y normas, este no se produjo.

“Padres” de la patria y de la constitución, que por sus antecedentes y por el futuro que llevaban dentro, junto a las elites culturales y económicas que han tenido la responsabilidad de compartir la dirección política la nación, han conseguido que la Constitución sea no sólo inmaculada si no inmortal. Pero a pesar de que la clase política esta unida al Rey como una sola “cosa gobernante” y de haber sido mitificada y sacralizada hasta la saciedad, esta Constitución, se va desmoronando.

Hoy todo es distinto de cuando se fabricó, pero como la reforma es “tabú”, excepto cuando lo dictan los llamados “Mercados”. En Estados Unidos, las enmiendas forman un cuerpo más amplio que el de la propia constitución en sí, pero esto es España y la “cosa gobernante” no quiere reconocer que en los últimos treinta años se han vivido cambios muy importantes. El europeismo no lo han asumido, y las organizaciones políticas, sindicales y empresariales, para su sustento, han puesto grilletes a su reforma, convirtiendola junto al Estado en una estructura neofeudal, en contra de sus propias normas, que piden adaptaciones al tiempo en que se aplica.

La reforma constitucional no puede esperar más, y con ella el modelo territorial del Estado y su correspondiente y coordinada ley Electoral. ¿Que será una nueva Constitución? ..., ... Desde luego nadie dirá, como ahora, que es heredera directa de los Principios Fundamentales del Movimiento. Recordemos que el Rey que sancionó la Constitución, los juro y no se ha desdicho.

S&R