“El articulado de la ley de la sindicatura de cuentas está incompleto. Le falta incluir un mecanismo de autodisolución” (Diputado socialista de la Junta General del Principado).
El bastardo diputado –su madre nos merece toda la consideración y respeto- que tales cosas dice, indignado con los síndicos por cumplir su trabajo, ignora que la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias, creada por el artículo 35 del Estatuto de Autonomía, es un órgano auxiliar de la Comunidad Autónoma que depende directamente la Junta General del Principado y no un pesebre creado ex profeso para retiro dorado de políticos sin cargo, cuya principal función es el control de la actividad económico-financiera del sector público autonómico.
El informe de la sindicatura sobre la fiscalización de los contratos de alta dirección del Principado de Asturias -43 de los 71 no reúnen los requisitos establecidos por la ley- ha provocado la indignación del grupo socialista, pues acostumbrados como están a considerar su puesto como una canonjía para recibir dietas y demás emolumentos y no como una representación de los ciudadanos para proponer y elaborar leyes y controlar al gobierno, consideran como unos traidores a los síndicos por ellos patrocinados y les amenazan con ponerlos de patitas en la calle -¡Pa que sepan de donde comen!-
Triste destino el de un pueblo y unos ciudadanos que tiene que soportar una Junta General como la nuestra, y más triste aún el cargar con servidores públicos como D. Santiago Caicoya ( gerente de SEDES) que considera a lo público como de su propiedad y cuestiona el derecho de la Sindicatura –Harry el Sucio, la llama- a entrar en “SU” casa.
¡Hasta cuando José Ángel tendremos que soportar tu presencia!
S&R
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