La Sra. Calviño, vicepresidenta del gobierno, no hace más de seis meses con
ocasión de la presentación de los PRESUPUESTOS-2021, el gran logro del gobierno
PSOE-UP –el parto de los montes a su lado era una nimiedad- bendecía y defendía
con palabras sin contenido, el cuadro macroeconómico utilizado para remendarlos.
De poco
sirvió que los analistas con fundamento y con números coincidieran en que tanto
los Presupuestos 2021 como el cuadro macroeconómico que los sustentaban eran imposibles
por fantásticos, ya que sobreestimaban los ingresos y subestimaban los gastos,
no resistiendo el más benevolente juicio sobre las previsiones económicas.
Escasamente
han pasado cuatro meses y las estimaciones del cuadro macroeconómico están
arrasadas, obsoletas, lo que obliga a la vicepresidenta a cercenar el cuadro
macroeconómico corrigiéndolo y así nos lo anuncia, pero ignorando para
ocultarlo las modificaciones que ello implica tanto para la letra como para los
números de los Presupuestos 2021.
Todo es
normal, el papel lo aguanta todo y en el fondo, ¿Que importa?, ¿Quién va a
reclamar?, ¿Los acreedores? Como mucho dirán
hasta aquí hemos llegado, y no les financiamos más.
Las cuentas públicas crónicamente carecen de credibilidad, no es cosa actual.
Las violaciones
de compromisos y de previsiones presupuestarias no sorprenden a nadie, no llama
la atención a nadie la naturalidad con la que la vicepresidenta declara,
refiriéndose al empleo, presume y saca pecho de “nuestra resistencia a la
crisis”. No es ignorante de que somos el país con la tasa de paro más alta de
la Unión, con la mayor precariedad y una de las medias más bajas de salarios, “resiste”
a la crisis en cuestiones de empleo, dice.
¡Con un par!
Sra. Vicepresidenta
S&R