miércoles, octubre 19, 2011

¡... y fuimos independientes!


Con la entrada en Gijón, el 21 de octubre de 1937, de las Columnas Navarras del ejército rebelde, terminaba la aventura segregacionista iniciada por Asturias, que se declaró independiente del Gobierno de la II República, el 24 de agosto de 1937; a las 24 horas de ese día, el Consejo Interprovincial de Asturias y León emitía un decreto por el que se declaraba la independencia. El Gobierno de la República lo consideró un acto de rebelión.

Al comienzo de la rebelión facciosa se había creado el Comité Provincial del Frente Popular de Asturias, con sede en Sama de Langreo. Por Decreto del Consejo de Ministros, de 23 de diciembre de 1936, se constituye el Consejo Provincial de Asturias, que a los pocos días pasa a denominarse Consejo Interprovincial de Asturias y León, ya en Gijón, presidido por el gobernador general de Asturias y León, Belarmino Tomás, encargado también del departamento de Guerra.

La constitución del Consejo Soberano de Gobierno de Asturias y León se justifico como una medida para asumir la dirección militar y política en un solo organismo. En esa misma jornada dirigentes del Partido Nacionalista Vasco y mandos italianos del ejercito sublevado firmaban el Pacto de Santoña, por el cual el ejército vasco, a espaldas del Gobierno republicano, ofrecía su rendición a cambio de que fueran declarados prisioneros de guerra y de ser evacuados por buques ingleses, el pacto no se hizo efectivo, pues Franco lo revocó; el día 26 de agosto se producía la caída de Santander.

La declaración de independencia, o de soberanía, fue recibida con ligero entusiasmo a pesar de la labor propagandística de los periódicos “Avance” y “CNT”, y recibió airadas críticas, tanto del propio Consejo como del Gobierno de la República; de hecho, tras una agitada deliberación en el seno del Consejo Interprovincial, el citado decreto recibirá cinco votos en contra ya que el presidente del Consejo y gobernador general de Asturias, Belarmino Tomás, , por medio de las competencias de que gozaba dentro del Estado republicano, podía asumir todas las atribuciones de mando, civiles y militares, sin recurrir a la fórmula soberanista.


La pregunta era y sigue siendo, si la declaración de soberanía venía acompañada intenciones defensivas del territorio de Asturias, o era en cambio, un Consejo Interprovincial que, en
palabras de Ambou, no debería haberse denominado de la soberanía, sino de “la evacuación o de la huida”.


El Consejo Soberano en sus primeros días de actividad, como Gobierno independiente, sustituye al general Gamir por el coronel Prada en el mando del ejército del Norte; al mismo tiempo, prohíbe la salida de cualquier persona del territorio asturiano, lo que crea un conflicto internacional, ya que la Embajada norteamericana, había enviado a El Musel un buque para evacuar a sus ciudadanos, lo que no es posible porque de Asturias no salía nadie.

Azaña escribirá el día 26 de agosto en sus cuadernos:

-“Y van a encerrarse en Asturias. Naturalmente, lo primero que han hecho en tal situación los directores del cotarro asturiano es constituirse en Gobierno soberano. O sea, rebelarse contra el Gobierno, por las buenas. Digo naturalmente porque la reacción espontánea de cada cual, ante las dificultades, consiste en erigirse en mandamás”.

El día 9 de septiembre, anota su interpretación de lo que está sucediendo en Asturias con su declaración de soberanía, ese día ha recibido a los diputados en Cortes de Izquierda Republicana por Asturias, Menéndez y Laredo y cuenta:

-“... truenan contra Belarmino Tomás y su desmesurada ambición de mando y de dirigirlo todo. Los republicanos han estado y están reducidos en Asturias al papel de gente tolerada, cuando no oprimida. Reconocen que la empresa sobre Oviedo, el afán de tomar la ciudad, las fanfarronadas sobre el triunfo fácil y la dirección de las operaciones han sido funestos”.

Ha llovido mucho desde los días de la independencia y la indecorosa huída de los que prohibían salir a los demás, pero los valentones de prensa y escaparate que en el más disculpable de los casos son victimas crédulas de su propia propaganda, siguen perjudicando mucho a esta tierra.


S&R

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