Ante un ejemplar de la Constitución, un crucifijo y una Biblia, abierta por el capítulo XXX sobre el voto y juramento, perteneciente al Libro de los Números, los cuatro protagonistas del último cambio de Gobierno han prometido/jurado, este martes, sus nuevos cargos ante el Rey y el ministro de Justicia como notario mayor del reino.
Se supone que los gobernantes deben de plasmar en sus actuaciones la neutralidad de un estado aconfesional, como se dice del nuestro, que no tiene religión oficial, ya que al no hacerlo contraviene el espíritu de una constitución que se dice “ de todos y para todos, con independencia de sus ideales religiosos”.
No vale ser laico para unas cosas, y cristiano para otras, por mucho que les pese a Zapatero y Rubalcaba, si s
omos un estado “laico” como torticeramente les gusta decir, no podemos seguir justificando actos como la toma de posesión de los nuevos ministros, con una iconografía propia del “nacionalcatolicismo” como durante la dictadura del general Franco.
Parece que D. Alfredo Pérez Rubalcaba candidato designado a la Presidencia del Gobierno y D. José Luis Rodríguez Zapatero todopoderoso Secretario General presionados por la situación posterior al 22 de mayo, pocos cargos y sueldos disponibles para las múltiples bocas que tras décadas viviendo del erario público se incorporaron a las listas del paro, se han lanzado a rebañar votos de cualquier “yacimiento”, confirmando lo que ya nos decía la “mentecata” Pajín, después del "mensaje muy contundente" que les habían lanzado los ciudadanos en las elecciones del 22 de mayo, que era –a su juicio- “preparar al partido para una victoria”.
La sordera política del esclerótico y viejo PSOE, no da para mas. hay que contentar a curas y beatas.
“Paris bien vale una misa”
¡Se dice!
S&R
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