viernes, julio 29, 2011

El Sueño Republicano





“En la madrugada del 13 de agosto de 1936, el exministro de Gobernación y Hacienda de la Segunda República, Alto Comisario en Marruecos entre 1934 y 1935, diputado por Murcia y exdiputado provincial y a Cortes de Asturias, Manuel Rico Avello, fue acribillado a balazos por milicianos no identificados en la Pradera de San Isidro, en Madrid. Había sido conducido hasta ese punto desde la Cárcel Modelo, …,…” (PAN-MONTOJO,Juan; FAES, Enrique; JENSEN, Geoffrey y TOWNSN, Nigel. “El Sueño Republicano de Manuel Rico Avello”. Madrid 2011)

Hace ya unos días, con motivo de la efemérides del 18 de julio, ha habido una sospechosa, por lo abundante, conjunción de artículos y opiniones tanto en los medios escritos y hablados sobre
el abandono, deserción, …, de la Republica, por parte de aquellos que en palabras de D. Niceto Alcalá Zamora eran “La tercera vía”.


Es decepcionante y amargo, que ha estas alturas se siga retorciendo y mal contando la historia, no se si por fines partidistas y sectarios o simplemente por ignorancia. La República fue asesinada en los últimos días de julio del 36, cuando bajo el pretexto de la sublevación militar, partidos políticos de escasísima representación parlamentaria unos y extraparlamentarios otros, junto a las organizaciones sindicales y al PSOE de Lago Caballero “El Lenín español” (que por tres veces negó su apoyo a la formación de un gobierno republicano-socialista, a lo largo del día 17), coparon lo que quedaba del poder ejecutivo y crearon nuevos órganos de poder (comités, consejos, etc.)al margen de los otros poderes del estado, legislativo y judicial, desaparecidos en el caos de aquel final de verano.

No, los republicanos no abandonaron la República, fueron los usurpadores del poder republicano los que les condenaron al ostracismo, al exilio y en muchos casos a las tapias del cementerio;¡INSENSATOS!, en palabras de D. Melquíades Alvarez, otra de sus víctimas, que por hacer la revolución, perdieron la guerra,condenaron la República y enterraron la democracia.

Rico Avello fue un republicano moderado prototipo del amplio universo de demócratas que existían en España desde antes de la proclamación de la II República. Ocupó los cargos de ministro de la Gobernación en 1931 y de ministro de Hacienda en 1936, y murió tras el asalto de la cárcel Modelo de Madrid, cuando el país ya se encontraba inmerso en la Guerra Civil, a la que él y otros muchos como él creían que España no estaba irremediablemente abocada. Su asesinato no fue un brote de violencia casual, irracional, detrás hubo “una razón de ser”, similar o muy parecida a la de los franquistas, que lo acusaron de “masón traidor”.


Rico Avello, asturiano de Trevias, había dedicado los primeros años de su vida profesional al ejercicio de la abogacía, especialmente, como secretario de la patronal minera de Asturias desde la que intentó siempre buscar un entendimiento entre patronos y trabajadores, y conseguir mejoras laborales y de protección social para estos, de ahí su cordial entendimiento y respeto mutuo con Manuel Llaneza y el Sindicato Minero, fruto de la cual surgió el Orfanato Minero. Dedicó los últimos cinco años de su vida plenamente a la República y que pesar de actuar a lo largo de su vida conforme a profundos principios de democracia y ética por un sueño político compartido con otros, como Ortega, Marañón, Pérez de Ayala, etc., fue asesinado y olvidado.


Soy diputado electo por Asturias y soy sencillamente un hombre de buena voluntad animado por el deseo de contribuir, desprovisto de ambiciones, a una certera obra constructiva. Para ello quisiera yo acudir a sus orientaciones. Y para hacerlo me permito adelantarle este propósito mío, [...]. Una asociación federalista, autónoma, me designó candidato y salí triunfante en la conjunciòn, al lado de Pérez de Ayala, cuyo nombre sugerí yo a los socialistas, al acordar la candidatura. [...] Voy a las Cortes con una completa independencia, pues el matiz federalista que represento se haya desligado de todo compromiso de partido. Yo espero el favor de su contestación para saber si en fecha próxima -al abrirse las Cortes- pueda acercarme a usted como a un guia y un maestro”.(Carta manuscrita de M Rico Avello a J. Ortega y Gasset, Gijón, 2-VII-1931, ArchivoI/JOG)


Respetemos la memoria de aquellos que se enfrentaron con valor y coraje a los golpistas, y el más profundo respeto a todos los sufrieron torturas y perecieron bajo el yugo franquista durante los 40 años de dictadura, pero sirvan también estas líneas para rendir un respetuoso homenaje a todos aquellos que dedicaron y en ocasiones les arrebataron la vida por defender la legítima República establecida por votación popular. Querían una República liberal, moderada y progresiva.


S&R


Una breve biografía de Manuel Rico Avello puede consultarse en el portal www.manuelricoavello.org.


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