domingo, julio 05, 2015

“La guerre de “Troie n’aura pas lieu"

¡Que hacéis insensatos! Jaleáis a diestro y siniestro por puro aburrimiento desde la frivolidad mas absoluta. Vosotros europeistas  de tertulia y de salón, no veis que todas las guerras se repiten y esta es una nueva forma de guerra, los que las desatan o permiten que se desaten están siempre a salvo. Las víctimas siempre las ponen los mismos.
Jean Giraudoux nos traslada en su obra “La guerre de “Troie n’aura pas lieu"  la intuición de lo que se estaba preparando, una guerra que nadie iba a ser capaz de impedir tal y como iban evolucionando las cosas.
Héctor y Ulises, los negociadores para que la guerra no se produzcan ponen sobre la mesa lo que sus pueblos se jugaban y al terminar  Héctor pregunta a Ulises:

H:¿Y tú quieres la guerra?
Ulises: Yo no la quiero. Pero no estoy tan seguro de Vd.
H: Nuestros pueblos nos han delegado a los dos, aquí, para que tratemos de impedirla. El hecho de estar reunidos es prueba de que nada está perdido…
•​U : Eres muy joven Héctor… En la víspera de una guerra, es corriente que los dos jefes de los pueblos en conflicto se encuentren a solas en cualquier pueblo perdido, en una terraza, al borde de un lago, o en el rincón de un jardín. Convienen que la guerra es el peor azote del mundo y ambos siguen con la mirada esos reflejos y esas ondas sobre las aguas y reciben sobre sus hombros los pétalos de las magnolias. Son pacíficos, modestos, leales. Se estudian el uno al otro. Se miran. Y entibiados por el sol, enternecidos por un vino rosado, no encuentra en la cara de enfrente ningún rasgo que justifique el odio, ningún rasgo que no invite al amor humano, nada incompatible tampoco en sus lenguajes, en la manera de rascarse la nariz o de beber. Están verdaderamente imbuidos de la paz, de deseos de paz. Y se despiden dándose un apretón de manos, sintiéndose hermanos. Y se vuelven desde sus carrozas para sonreírse… Y al día siguiente sin embargo estalla la guerra… Así estamos los dos ahora…

¡Todos miente¡

S&R